Un imbécil y otras cosas

Me gustaría volver a ser aquel niño inocente
aquel adolescente inconsciente
o aquel adulto que creyó haber encaminado su vida
cuando la vida le devolvió un guantazo.

Ahora estoy sentado
con cinco dedos marcados en mi cara
y un dolor en el alma
reflejado en el espejo
mirando a los ojos de un extraño

Todos quereis que sorria
que sea buena compañía
pero nací con el defecto de ser real
de sufrir y llorar
y por supuesto... reír... pero no siempre

porque nadie ríe todo el tiempo
porque nadie llora eternamente

¿No os gusta como soy?
debéis saber que yo no cerré la puerta
podéis salir cuando queráis
podeis gritar por la escalera
que soy un egoísta
un borde
un imbécil

Siempre llevareis razón, soy todas esas cosas
y muchas más
Elegid con que recuerdo os quedáis
yo ya elegí el mío antes siquiera de conoceos.

Recordar lo bueno no es una opción,
es mi elección de vida.

Una copa y un piano

Vuelvo hoy a sentarme junto al piano mientras Ludovico acaricia la espalda a sus teclas. Sostengo tu copa pues en ella he vertido tu ausencia. Así mientras bebo, me sueño acompañado.
En el último sorbo, al apartar de mis labios la copa, me veo reflejado en el pozo de cristal y soy de nuevo consciente de mi soledad.
Entiendase soledad como un instante precioso junto a mi yo, del mi que no conocía, que andaba por el alcantarillado de mi existencia como un fastasma de la opera de mi vida.
Pronto la luz entrará por la ventana haciendo eco en las paredes y en el silencio fabricará mi sombra, la observaré detenidamente, como siempre lo he hecho; pues en ella están los pasos que he recorrido y las veces que he caído y levantado, saltado, reído, llorado; en definitiva, mi esencia.
Sobre el piano, tu copa proyectará también su sombra llegando a rozar la mia y con su caricia me despediré.
Mañana será otro día.

Mañana será mañana

Me estoy acostumbrando a sobrar, a ser prescindible en la familia, el amor y el trabajo; no así en la ilusión. A ella me agarro mientras me busco en el fondo de una caja de latón que hace tiempo enterré a los pies de un faro abandonado.
Hoy estos acantilados son aún más solitarios. El aire salado juega con mi pelo mientras las olas hacen su furia espuma unos metros más abajo y ya me estoy acostumbrando a la frustración intentando leer mi futuro en la linea de horizonte.
En el último rayo de este ocaso cabalga la ilusión sobre las aguas alborotadas y me arranca una última sonrisa. Nada es eterno y mañana... mañana será mañana.

Mariposa de sombra

Podría hoy ser un día cualquiera, salió soleado, ¿ves?. Un poco adormecido me he acercado a la ventana y estuve mirando el horizonte, ya sabes que lo hago; sólo a veces, pero lo hago.Cerré los ojos para pensarte, para no olvidarte y finalmente perderte desvanecida en el remolino del batir de alas de una mariposa que acababa de aprender a volar. Alargué el brazo y con la mano agarré un puñado de arena que ahora se escapa entre mis dedos. He cerrado la mano, te juro que he cerrado la mano para retener en mi todo lo posible de ti y en mi palma han quedado unos gramos de sal, el recuerdo.
Desolado decidí salir a pasear y anduve perdido por la ciudad, exhausto y dolorido me detuve a la sombra de un árbol del que desconozco el nombre pero lal que estoy agradecido y allí, de una vieja rama colgué mis zapatos, ya desgastados. Me alejé descalzo sin la intención de mirar atrás, pero lo que no logró Edith tampoco lo logré yo y al girarme vi que la sombra de mis zapatos dibujaba una mariposa tendida en la cuneta. Una mariposa de sombra que había olvidado volar.

Ahora no estas

Ahora no estas
te pienso con la mirada perdida,
una vez más;
buscandote en algún horizonte
hablandole en su fuga a las nubes
allí donde ellas van
es el único lugar donde puedes estar.

Perdí el hogar buscandolo
en sueños, mentiras y utopias
hasta descubrir que siempre estuvo ahí
tatuado en mi pecho
diluido en mi sangre
Corrí hasta el con el alma ya vendida
y llegué
llegué cuando tu ya no estabas
y grité

Tal vez...
Tal vez era el único momento en que llegar

Sólo hoy, puedo comprender
sólo hoy, una pequeña parte;
hoy que puedo verme en ti;
quien fuiste, quien soñaste.
Tu fuerza
Tu soledad

y hoy vuelvo a gritar
grito a las nubes un innecesario gracias
pero al fin y al cabo
GRACIAS

???

Pasa la vida por mi puerta
como si llegase tarde a una cita,
como un vendabal que alborota los papeles de mi mesa.
Así los días pasan
sin que pueda abrir los ojos,
atado a la cama donde ya se pudre
mi historia no nata,
mis sueños no soñados.

En un alarde de fuerza
en un desquicie de vida,
en uno de esos momentos de estúpida lucidez;
paré un segundo para verme,
mirarme desde más allá de mi yo.
Alejado de mi carne
me sentí flotando en la nada
como un observador del "no se que"
me vi allÍ,
allí donde los caminos se pierden en la hierba
como un niño escondido,
que nadie encuentra
y allí fallece.

Mis manos recorren su cuerpo
como mi mente busca el recuerdo
de algo que fue bello.
Algo que no encuentro.

Ya es media tarde
y el sol cae en picado para cegarme
pero también lo hizo la noche.
Igual veo en mi luz y en mi sombra,
igual sonrio en mi alegria y mi tristeza
pero a nadie le importa mi risa
tan sólo miran una estúpida sonrisa.

Dunas

Desperté sonriente una vez más
tras otra larga noche soñando tus abrazos
siguiendo el rastro de tu pelo en mis sábanas
sobre el recuerdo del último momento compartido.

Puse los pies en el frio suelo
con la oscuridad alargando sus brazos
invitandome a seguir en mis delirios,
ahora con los ojos abiertos.

a veces te despiertas
y caminas descalzo
sobre un lecho de cristales rotos,
piensas...
seré capaz de no cortarme
pero la sangre ya tiñe tus dedos.
Bueno, en realidad nada es tan definitivo
nada es tan tremendo;
cortarse los pies viviendo,
será una cicatriz, será un buen recuerdo.

Dentro de un tiempo volveremos a esas dunas
para ver todas nuestras heridas sanadas bajo nuestros blancos cabellos.
Acariciaré todas las marcas de tu piel
mientras mire adelante y sonria.

Seguramente te susurre al oido,
o talvez sea el viento
el que venga a recordarnos
que en aquella misma duna
un día nos besamos.

Donde nadie sobrevive

He encontrado un buen lugar
entre los escombros de mi vida
para colocar un viejo sillón
y desde ahí ver la función
la vida florecer ente cascotes y basuras.
Hoy no moveré las piernas
quedé sentado aquí por horas
y se durmieron mis rodillas
sabiendo de mi huída
y que no hay donde ir
en un laberinto heredado
del que no me siento parte.
En un esfuerzo por alzar el brazo
perdí la voz en un grito
y todo quedó vacio en mi
como en una estación en el desierto,
allí donde no para nadie,
donde nadie sobrevive.

Nunca; es algo

Mire tu rostro entre lavandas y cerveza
y busque profundo en tus labios
el sabor de la vida
para verme feliz de rodillas
mientras el sol calentaba mi espalda
al son de la fiesta valenciana.

Tras el estruendo y un rio de tacones
quedó una mano en tu pierna
y la otra sujetando un vaso;
vestí la sonrisa boba del corazón
mientras mi mirada se llenaba de luces.

Nunca sabes cuando puede oscurecer,
ni si algo durará siempre.
Nunca ya es algo para llevar en los bolsillos,
algo que puedes sacar para recordar,
como besar un trozo de cartón
y encojer el alma.

Decidí vivir con los ojos abiertos y sentir,
no guardo nada en mi chaqueta que se pueda pudrir
todo lo que soy lo llevo en mis manos
todo te lo doy.

Todo lo demás, simplemente;
es todo lo que queda atrás.

Tarde de invierno

Anduve descalzo una vida
por llanuras abisales
y en el roce con las piedras
impregne mi alma de azufre
para volver a la luz en el salto de una ballena
rompiendo la superficie en mil espumas.
Floté en el abrazo eterno
de una mirada
para correr hacia la complicidad
de un beso de sus labios;
a la belleza del soplo de su piel
en una tarde de invierno.

Gracias vida

Sentarse y apretar las rodillas contra el pecho,
sentir un granizo de miradas
y el temblor en el balanceo del miedo

Andar por la cuerda de una guitarra
que sólo aprendió a tocar un blues.
La letra de una canción desechada
como la vida de un perro callejero.
La tristeza de la comida que apartas,
la sensación de no pertenecer a nada.

Nada es para siempre;
ni siquiera el duelo.

Una mano que alcanza a rozar tus dedos
allá donde la palabra no es necesaria,
donde la suerte es ser consciente
de que la simple existencia
es ya un motivo

Desenterrar la cabeza de entre las piernas
y en el halo de su silueta encontrar la vida,
encontrar de nuevo el verso
y amar a pecho descubierto;
como un legionario del sentimiento más amable,
más profundo, más eterno.

Dar gracias a la vida
y la vida por su gracia,
no comprender un mañana
sin el olor de su pelo.

Perdamos la cabeza

Mi sombra se camufló en la oscuridad
mientras esperaba sentado a que algo sucediera.
Anduve a rastras en la basura
y sólo conseguí destrozarme las rodillas

Eran tiempos de tormenta
sabes, cuando el cielo ennegrece sin aviso
como un lobo escondido tras la maleza
como el guantazo de un padre

Dias en que la ausencia
se anteponia a las duras palabras
mientras el vaho de la fria mañana
me besaba al tomar mi desayuno

Soñé con tiempos mejores
pero más allá del espejismo
me encontré a solas con la realidad
mientras deseaba estar ciego

Vi caer mi vida al suelo
como un vaso de cristal
no quise deterlo
tan sólo hubiese acabado peor

Deje rodar mi alma
hasta atravesar el bosque de espinas
para lamer mis heridas
en una tarde de sal y olas

Unas noches más tarde
tras enloquecer entre papeles
y cajas de cartón
una voz en la distancia
me indicó un camino extraño
Pero como diria Bob Dylan
"Cuando no tienes nada,
no tienes nada que perder"

Ahora, soy una especie de vagabundo
con un bolsillo lleno de cristales rotos
y en el otro
una bonita historia que contar.

Y llegado a este punto sólo me queda una pregunta que plantear...

...¿Cuanta felicidad es capaz de soportar un hombre sano,
antes de perder la cabeza?

y si fueses tu?

Yo me propuse no mirar,
recorrer sin observar.
No habia espacio en mi
ni fuerza, ni palabras para ti

Me propuse no sentir,
mirar y no tocar.
No habia piel en mi
ni roce, ni viento para flotar.

Pero el universo es tan pequeño
que nos fue imposible no coincidir,
imposible no volar,
imposible no sentir.

Y ahora,
en la azotea donde los miedos cuelgan la ropa.
Donde nuestras sombras,
son dos niños jugando a perseguirse;
corro con miedo de alcanzarte
preocupado por mirarte y que seas tu
en la madrugada de mi daño
la que ha venido a curar lo que aún no quiere cerrar.

Levitar, mejor aún

Soñar es todo lo que puedo.

Esa es mi mentira...

Inmóbil,
rodeado por estelas fugaces
que piensan con ser.
Percibo,
el tiempo como un número
pegado a una solapa,
todo me es ajeno...
...y soy

Sobre un campo;
con los brazos en cruz al viento,
vigilo el trigo mecido...
...y soy

Estático al otro lado del cruce
mientras tu esperas para abordarlo.
Mas tarde,
Desaparezco entre la espuma del gentío
e inhalo,
profundamente inhalo...
...y soy

flotar es un buen sueño,
levitar, mejor aún...
...y un sueño soy

y en esa mentira
vivo
sueño
y ambas al mismo tiempo

Al son de un piano

(Escuchando Nuvole Bianche - Ludovico Einaudi)

Sólo queda mi voz
ahogada, en un pensamiento huído
al calor de un día lejano;
Inalcanzable.
Un susurro de viento
la caricia de una brizna de hierba,
mi rostro es de hollín y nube
mi vello el alma que despierta
al son de las teclas de un piano.
No se si seré un ser humano que perdona
o tan sólo uno que olvida,
Sólo se que en el eco de mis lagrimas,
dibuja la sal una sonrisa cada Mañana.



Gracias E.T. por este descubrimiento...
(No, no es El Extraterrestre)