4/5/16

Mariposa de sombra

Podría hoy ser un día cualquiera, salió soleado, ¿ves?. Un poco adormecido me he acercado a la ventana y estuve mirando el horizonte, ya sabes que lo hago; sólo a veces, pero lo hago.Cerré los ojos para pensarte, para no olvidarte y finalmente perderte desvanecida en el remolino del batir de alas de una mariposa que acababa de aprender a volar. Alargué el brazo y con la mano agarré un puñado de arena que ahora se escapa entre mis dedos. He cerrado la mano, te juro que he cerrado la mano para retener en mi todo lo posible de ti y en mi palma han quedado unos gramos de sal, el recuerdo.
Desolado decidí salir a pasear y anduve perdido por la ciudad, exhausto y dolorido me detuve a la sombra de un árbol del que desconozco el nombre pero lal que estoy agradecido y allí, de una vieja rama colgué mis zapatos, ya desgastados. Me alejé descalzo sin la intención de mirar atrás, pero lo que no logró Edith tampoco lo logré yo y al girarme vi que la sombra de mis zapatos dibujaba una mariposa tendida en la cuneta. Una mariposa de sombra que había olvidado volar.


1 comentario:

Pilar perez dijo...

Nunca dejes de soñar. Nunca dejes de volar. Y nunca olvides que las sombras son el otro lado de la luz y desde ese lado, el de la luz podremos soñar despiertos