7/5/16

Una copa y un piano

Vuelvo hoy a sentarme junto al piano mientras Ludovico acaricia la espalda a sus teclas. Sostengo tu copa pues en ella he vertido tu ausencia. Así mientras bebo, me sueño acompañado.
En el último sorbo, al apartar de mis labios la copa, me veo reflejado en el pozo de cristal y soy de nuevo consciente de mi soledad.
Entiendase soledad como un instante precioso junto a mi yo, del mi que no conocía, que andaba por el alcantarillado de mi existencia como un fastasma de la opera de mi vida.
Pronto la luz entrará por la ventana haciendo eco en las paredes y en el silencio fabricará mi sombra, la observaré detenidamente, como siempre lo he hecho; pues en ella están los pasos que he recorrido y las veces que he caído y levantado, saltado, reído, llorado; en definitiva, mi esencia.
Sobre el piano, tu copa proyectará también su sombra llegando a rozar la mia y con su caricia me despediré.
Mañana será otro día.

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