3/10/08

Noche en Morella (Castellón)

Igual no del todo cegado aunque si absolutamente empapado por esta noche cerrada que derrama estrellas sobre mi, una lluvia de luz que me lleva sumergido en su silencio a los confines de un universo cada vez menos ajeno.
Es sencillo, ante tanta oscuridad iluminada, dejar flotar el alma entre constelaciones, tener el sueño de aquella famosa gaviota ansiosa por meter el dedo el la llaga de la creación y mirar más allá; en mi caso adivinándome en la lejanía acompañado.
Mientras tanto, a miles de kilómetros imaginarios del alma; se hunde en la hierba el cuerpo cada minuto más frío, cada vez más agradecido por el regalo de una noche de octubre llena de silencio y estrellas en algún punto perdido de Morella.

2 comentarios:

patasarriba dijo...

Nota:
Físicamente aún no me encuentro en Morella, al parecer mi alma llegó un día antes y mi cuerpo viajará hoy para encontrarse con ella.
Conclusión:
Aunque el cuerpo sí lo haga, el alma no conoce fronteras.

Anónimo dijo...

YO KIERO DE ESO KE FUMAS MAMONAZO!!